EL FANTASMA PORTEÑO

By Joan 
En esta primera entrada del blog hablaré de un ejemplo de la degeneración de la sociedad humana y los distintos personajes de la misma.
Hace poco tiempo he vuelto a coincidir con una muestra representativa del llamado "fantasma porteño". 
Muy envejecido desde la última vez, no ha perdido la verborrea barata, las técnicas de gigoló de baja categoría y el instinto de supervivencia de esta especie. Superados los 70 no quedan muchas opciones cuando todas las mujeres con recursos te han "dado puerta". Atrás queda el chalet pagado por el suegro, la barbi escultora, los viajes pagados, las vacaciones en chalet ajeno, las tardes presumiendo de golf y los negocios de poca monta en torno a una mesa con whisky, tabaco y otros aperitivos... El fantasma porteño se alimenta de las debilidades humanas ajenas y para ello hace uso de sus pocas cualidades humanas, como el atractivo físico y un pico de vendedor de robots de cocina a domicilio. 
Puede y suele apoyarse en algún título universitario de poco nivel para dar una primera buena impresión. Por ejemplo, yo conocí a uno que al entrar a la panadería a comprar cualquier cosa, lo primero que decía era "hola, soy abogado penalista..." La gente con mundo a la espalda los cala a la primera y no les sigue el juego, pero siempre hay gente que se deja impresionar por las apariencias. 
A medida que pasan los años, el fantasma porteño se siente solo y con menos opciones. No dudará en buscar su plan de jubilación en alguna heredera con pocas luces, bastantes años, agobiada por la soledad no voluntaria y más de un millón de euros por cobrar. Sacará a relucir todas sus tretas de gigoló barato y si la heredera tiene pocas luces.... caerá en la red, pensando que ha encontrado al amor de su vida. Luego solo hay que soportarla, lo cual no será nada fácil, pero para eso siempre hay vías de escape llegado el momento. Lo importante es que no falte la plata de la heredera. Solo así puede que vuelva a disfrutar de un JW etiqueta negra en lugar de tener que conformarse con el etiqueta roja, como últimamente.
Quien tiene más delito, el cazador sin escrúpulos o la presa sin neuronas? O quizás sea solo una transacción comercial donde ambos obtienen lo que buscan, sin importar los valores humanos. 
Sea como sea, yo soy de los que cree en el Karma y las malas acciones siempre aportan malas consecuencias, aunque sea solo cuestión de tiempo.
Y con esto y un bizcocho..... hasta mañana a las ocho!!! Es la hora del aperitivo frente al mar. Aquí todos llevamos nuestra propia cruz a cuestas.
La lealtad es lo más importante entre las personas con las que he convivido hace años. Y debo reconocer que llevaban razón y aprendí mucho. 
Pero también es cierto que todo tiene solución en esta vida..... menos la muerte.
Besos y abrazos para quienes lo merezcan.

Joan
PD: Mis respetos a todos los buenos porteños, muchos, que no son fantasmas como el descrito en el artículo.